PELEARSE POR UN JOHC NO PARCE MUY CRISTIANO por Carlos Elipe

  En lo últimos días había pensado escribir un artículo sobre el Encuentro Nacional de Jóvenes Cofrades que va a celebrarse en Córdoba el último fin de semana de octubre, sobre sus actividades y sus bondades, pero no me ha sido posible. Hace unos días les remití a los organizadores un mail para que me confirmaran aspectos como los ponentes de las mesas redondas, las bandas que participaran en el pasacalles o número de personas inscritas, pero a esta hora no me han respondido. Esta web está pensada para contar historias de mi vida cofrade y creo que uno solo debe hablar y opinar de lo que conoce.

  Dentro de esta azarosa vida cofrade si puedo contar que el pasado veintisiete de septiembre, a un mes del inicio del JOHC de Córdoba se cerraba el plazo de entrega de dosieres para que las ciudades llamadas a ser candidatas del encuentro de 2018 presentaran los suyos. A día de hoy no hay confirmación oficial al respecto por ninguna de las partes implicadas pese a que en la web oficial del encuentro habla de que las ciudades candidatas serán publicadas.

  Pese a esto, el lunes nueve de octubre cuando como digo aún no se han hecho públicas las candidaturas que podrán ser votadas en Córdoba y las aspirantes a serlo, solo son eso, una ciudad candidata, he visto el vídeo del Comité de la candidatura de Santander, donde Pedro Nodar Pardo, se presenta como, cito textual: «MIEMBRO DE LA COMISIÓN ORGANIZADORA DEL JOHC 2018», pareciendo dar por hecho a mi entender que Santander organizará el JOHC 2018.

  No puede haber error posible en un mensaje grabado en vídeo, que es editable mil veces hasta lograr el definitivo que pretendes. Podemos entonces decir hoy con certeza asegurada que Santander será la sede del JOHC 2018.

  Es una pena y es un realidad cierta que la Candidatura de Madrid no va a ser aceptada como sede candidata para organizar el Encuentro Nacional de Jóvenes 2018. Para quien no esté al corriente, seguro una gran sorpresa. Me dispongo a intentar explicar mi verdad de lo que ha pasado.

  Entiendo que la Junta Directiva de los JOHC para explicarlo alegará y podrá demostrar clarísimamente que la Candidatura presentada por Madrid no cumple las reglas mínimas exigidas para serlo, que estas reglas son públicas, fáciles de entender y que en verdad no cumpliéndolas no hay mucho más que decir ya que en su contexto general no han variado desde el 2014.

  No sé lo que va a decir la comisión organizadora de la Candidatura de Madrid a la que yo ya no pertenezco, pero puede ser algo parecido a que la dirección del JOHC no admite una Delegación de nuestro Arzobispo como entidad suficiente, cuando luego exige la aprobación al mismo Arzobispo de la candidatura que debe presentarse y que pedir crédito a un Arzobispo al que luego no le admites sus delegaciones no tiene mucho sentido.

  Mi opinión de la resultante es que, es una realidad cierta que la revisión de las reglas aprobadas en mayo y publicadas en junio por la Junta Directiva del JOHC y que por primera vez regulan la elección de sede por votación de las delegaciones son excluyentes y por tanto poco justas, generando además tensiones innecesarias entre los participantes.

  Me explico mejor. Para quien no las conozca, las reglas internas de los JOHC dicen que solo pueden pedir organizar un encuentro o una Junta Local de Hermandades o una Hermandad en solitario. Pues así son excluyentes para una diócesis como la de Madrid, ya que es público que no contamos con una “Junta Local” ni nada parecido, instituida de manera formal como se pide y que la otra opción aunque posible sobre un papel, es inviable, ya que es una realidad cierta que si en cualquier parte a una sola Hermandad le costaría mucho elaborar una candidatura con todos los apoyos necesarios, los es más si cabe para esta ciudad, que además por su inmenso tamaño necesita preparar un dossier mucho más exigente.

  A nadie se le escapa que lo idóneo para preparar un JOHC es que se haga a través de un Consejo de Hermandades y Cofradías que aúne esfuerzos y voluntades, pero que si la diócesis o ciudad no lo tiene, se es excluyente no admitiendo por ejemplo Delegaciones Diocesanas relacionadas con jóvenes cofrades que dentro de la misma Iglesia están perfectamente capacitados para realizar los JOHC cumpliendo los fines para los que fueron creados los encuentros y cito textual de estos fines: “Fomentar que estos jóvenes sean el motor de la sociedad, potenciando su labor evangelizadora” o “Realizar, promover y difundir actividades que fomenten el estudio y el análisis de la realidad católica y cofrade en el siglo XXI. “

  Pese a esto, se que que si hay unas reglas y que si quiero entrar en el juego, estas han de ser cumplidas, por eso acepto que Madrid no organizará el encuentro de 2018, pero también digo que si las hay todos debemos cumplirlas en la forma y en el modo.

  Y lo digo porque creo que el día que Santander formalizó públicamente que quería la sede del encuentro en sus Redes Sociales, José Carlos Nodar Pardo debía haber dejado su cargo de secretario en la junta directiva del JOHC, ya que es pública su participación directa en la candidatura de Santander. No le prejuzgo, Dios me libre. No le conozco personalmente y no dudo que como buen cristiano haya intentado ser parcial y honesto y que seguro hasta le creará problemas ya que lo que no le beneficia le perjudica. Pero lo quiera o no, le guste o no lo, él es parte interesada y a día de hoy está dentro de la Junta Directiva de los JOHC.

  Y que nadie se confunda, no acuso a nadie de nada, me limito a aportar datos ciertos para que cada uno, incluidos sus propios conocimientos sobre los JOHC anteriores, saque sus propias conclusiones. Mi opinión obviamente basada en esos mismos datos es que hay que cumplir las reglas, si y guardar las formas, también, porque esto queda cuanto menos un poco feo y enturbia la situación.

  Con todo esto, todos salimos perjudicados y creo que podíamos hacerlo mucho mejor. Puedo hacer dos cosas, olvidarme para siempre de todo y pasar página o intentar aportar algo aunque no gane nada con ello.  La verdad es que prefiero no quedarme aquí y hacer una pequeña aportación personal al respecto aunque no quede es más que una mera anécdota. He sido durante años el responsable de los jóvenes de mi Hermandad y sé que ellos merecen la pena, que pese a todo lo que está pasando, jóvenes madrileños van a ir a Córdoba con la cabeza bien alta a disfrutar de su fe, de su devoción, de su pasión cofrade y de su juventud.

  Imaginemos que pese a todo, finalmente Madrid hubiera podido superar estas reglas y presentar así un dossier que fuera admitido y ya que luego las candidaturas pueden articularse y promocionarse como lo deseen, presentarse con él en Córdoba a “pelear” por ser sede “contra” otra candidata. En términos de realidad, la base de la próxima elección de sede tal y como está planteada hubiera sido la de “pelear contra”, nos guste o no el término, somos humanos y estamos hablando de reglas, dosieres, certificados, votos, etc. Por lo que habría que pensar si esta manera de elección no podría estar mal planteada de base, generando situaciones que terminaran por ser perjudiciales.

  Es por ello que creo que sería mejor que se acudiera al encuentro conociendo la ciudad sede del año o de los años siguientes.

  Aunque parezca fuera de nuestro ámbito, sirva como ejemplo de lo que digo a entidades como la Hermandad de la Borriquita de Madrid que hace unas semanas decidió no generar enfrentamientos entre hermanos concediendo dos sedes a la vez para sus próximos encuentros nacionales o incluso el Comité Olímpico Internacional, tan criticado por sus designaciones, como ha ido hacia esta fórmula.

Beneficios de entiendo surgen de esta reflexión:

–     Si las circunstancias actuales fueran las previstas y dos o más candidaturas fueran a “pelearse” a Córdoba por una sede, estas que seguramente acudirían con grandes delegaciones estarían centradas en su trabajo de recolectar votos, más que de asistir a los actos del encuentro y disfrutar del mismo, aportado poco al encuentro, inmersas en su lucha. No nos engañemos, las delegaciones en competición estarían eminentemente centradas en sus campañas electorales y de marketing, buscando el voto de las delegaciones. “Pelearse”, “luchar, “competición”, “marketing”, todas situaciones “muy cristianas” en un encuentro de jóvenes cofrades. Si se conociera la sede todo esto desaparecería de un plumazo.

–   Durante la celebración del encuentro, la primera interesada que el mismo fuera bien, aportando en positivo al encuentro, seria la ciudad del siguiente, ya que si un encuentro te resulta atractivo, lo normal es que vuelvas y que lo cuentes a los tuyos para que te acompañen. Los encuentros son sin lugar a dudas la mejor cantera del siguiente y voy a poner como ejemplo el encuentro realizado en Palencia en 2016, que ha sido sin duda el mejor de los hasta ahora realizados, siendo un éxito rotundo y absoluto, llegando a generar en algunas de las delegaciones asistentes la expectativa de querer celebrar encuentros en sus ciudades, como es un hecho en Madrid, pero en la situación actual Córdoba está sola en su preparación y las ciudades que fueran candidatas estarían preparando un desembarco para ellas mismas, interesadas y pensando muy poco en lo que Córdoba prepara.

–   Delegaciones que estuvieran pensando en presentar candidaturas, aprenderían que los JOHC es un sitio donde se va a disfrutar y no a pelearse, que merece la pena trabajar por conseguir la candidatura y no estar en estos menesteres. Se daría a entender a estas que si tienes una candidatura de garantías, podrás organizar un futuro encuentro.

–     Entiendo que haya un aliciente en que las delegaciones asistentes puedan votar a una sede u otra, que es y parece lo más democrático. Pero en realidad se fomenta con esto el “picante” de ver a dos o más sedes peleando por unos votos.  Sin embargo no creo que esto sea precisamente buscar el “potenciar la  labor evangelizadora de los jóvenes” como rezan los fines de los encuentros, sino más bien todo lo contrario. Sin contar que habrá siempre un porcentaje de delegaciones que apoyando a una candidatura pierdan las elecciones. Recurriré a lo más obvio y como el pueblo de Jerusalén, votó en mayoría absoluta ajusticiar en la cruz a un inocente.

 

  Si quien dirige los destinos de los futuros JOHC tiene la fortuna de contar con candidaturas tan solventes como pueden ser las que hoy nos ocupan, Santander y Madrid, dos ciudades que quieren y pueden albergar un encuentro; no deberían prescindir de una por la exigencia de unas reglas excluyentes, ni hacer que jóvenes de estas ciudades “peleen” en Córdoba por ganar una sede, perdiendo en la pelea parte de lo bueno que puede aportarles un encuentro, cuando por el contrario podrían designar ya mismo quien sería la sede de 2018 y 2019 garantizando de una tacada la continuidad de los encuentros.

Carlos Elipe Pérez

 

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