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Pongo en contexto lo que me acontece, ya que creo que es conocida mi situación por gran parte del respetable. Tras varias semanas de incertidumbre, el 8 de marzo de 2024, en plena Cuaresma, me diagnosticaron Leucemia. Que palabra más contundente.

Como se puede suponer, he dudado mucho sobre si publicar este artículo. Hacer más notorio si cabe lo que me pasa, además del esfuerzo físico y mental que me supone, estando aún a medio camino que supone la pelea por salir de esta situación.

Confieso que en la mayoría de las ocasiones, nunca vuelvo a releer lo que escribo. Escribir me ha supuesto siempre un desahogo. Hoy las dudas son menos que la necesidad. Vamos allá.

GRACIAS. No me sale otra palabra.

El mundo cofrade en general, el madrileño en particular y mis Hermandades muy especialmente, han tenido para conmigo una ola de preocupación sincera, de oración, de solidaridad, de generosidad, que me tiene abrumado. Como una buena Cofradía, se han preocupado por mí, desde mi director espiritual hasta el último de los músicos del cortejo. Gracias de corazón.

Es entendible que mi familia, mis amigos más cercanos e incluso mis compañeros de trabajo, estén a la altura de las circunstancias, como me lo están demostrando.

Pero el mundo cofrade se ha pasado «dos pantallas» conmigo. Me han demostrado con creces que no estoy solo.

He recibido llamadas que no puedo contestar y tantos mensajes de preocupación por mi estado, que ya no los puedo ni contar.

Habéis demostrado en mi persona, lo mucho y bueno que tenemos los cristianos cofrades que nos llamamos hermanos. Se ha puesto por delante nuestra regla de oro: «trata a los demás como quieres que te traten».

Cada uno lo expresa como puede o quiere. Necesitaba escribirlo: Gracias.

Sigo aferrado a mi fe para salir adelante. Sigan rezando por mí, ya que el camino por recorrer sigue siendo largo.

Que Semana Santa tan diferente a la planificada.

No quiero dejar pasar mi agradecimiento a Telemadrid, a Inmaculada Galván y su enorme trabajo. Soy testigo fiel, estando esta vez al otro lado de la pantalla, de como gracias a este trabajo he podido seguir con intensidad mi particular semana de Pasión y ver cosas que uno se pierde si está en la calle viendo una sola procesión. Bien merecido el Manos Morenas 2023.

Para rematar este artículo, quiero dejar en negro sobre blanco una idea que me vino a la cabeza esta Semana Santa, disfrutando de ella por la Tv.

Mira que los cofrades en muchas ocasiones nos la cogemos con papel de fumar y miramos de reojo cuando no con cierto recelo los que nos pasa entre nosotros. El patio madrileño es una evidencia de esto, entre intervenidas, enfango en RRSS, edictos arzobispales, falta de compromiso de los hermanos de base y mucho «que hay de lo mío».

Los cofrades llevamos dentro la caridad y la solidaridad. Si para los malos momentos como este, somos capaces de ser generosos, entregados, empáticos, solidarios, por qué no actuamos así siempre.

Mirémonos dentro, hagamos esa reflexión. Yo me lo voy hacer mirar más a menudo.

Trata a los demás como quieres que te traten.

Carlos Elipe Pérez