COFRADE, ¿SE NACE O SE HACE? Por Victor Lopéz del Estal

Ahora, que aun sigo teniendo en mi retina los momentos vividos en la pasada Semana Santa, estos me llevan a plantearme la siguiente pregunta: los cofrades, ¿nacemos como tal? ¿O nos hacemos?

Mucha gente pensará que el cofrade nace ya con ello, pero en este artículo me detengo en las dos posturas y paso a relatarlas.

Nacer cofrade es llevar en la sangre la pasión y devoción, que por tradición familiar se inculca de generación en generación, de padres a hijos. No es de extrañar que en muchas ciudades y pueblos de nuestra geografía española, donde la Semana Santa es un referente tanto a nivel nacional como internacional, los recién nacidos sean apuntados a las hermandades y cofradías antes incluso de ser bautizados.

Hacerse cofrade es querer formar parte de ello, cargar bajo un paso, vivirlo a flor de piel, ya sea por devoción hacia una imagen o por cualquier motivo que nos lleve a ello.

 

De cualquier modo, sentir que formas parte de algo tan grande es un regalo que nos ofrece la vida. La ilusión y el orgullo de poder decir «soy cofrade» no se explica con palabras ni con hechos.

Desde aquí, a todos los que somos cofrades: que nada ni nadie nos quite nuestra bendita locura.

Por Víctor López del Estal.

 

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