Hoy es veintisiete de diciembre, festividad de San Juan Evangelista el patrón de los que son y nos sentimos, jóvenes cofrades.
El texto de hoy, es sin duda una de las más especiales colaboraciones que ha tenido y tendrá nunca esta web. Y lo es claro está, en primer lugar por quien lo escribe, la Srta. Gabriela Urbano Martínez, «Gabi» para nosotros.
Y los es, por como lo hace. No me interesa en lo absoluto que no sea ella una Pérez Galdos en la descripción de su historia, prefiero su corazón puro, explicándonos como les sale de el lo que siente.
Y los es, por lo que es y lo que ha representado para mi ella y su familia, su madre y ahora sus hermanas. Son gente excepcional, buena y que hace que el trabajo de un Diputado de Juventud tenga sentido.
Gabi, eres un amor, eres, como se dice ahora, «una crack». Crece, pero no cambies.
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– MI HERMANDAD, UNA SEGUNDA FAMILIA –
«¡¡Guapa!!. Le dije a la virgen, cuando apenas andaba.
Desde siempre he tenido mucha devoción por la Virgen y por el Cristo, y cuando tenía siete años me hice hermana y desde entonces pertenezco a la hermandad.
Cuando yo entre la Virgen aun no salía en procesión.
Y hace tres años mis hermanas se hicieron también de la hermandad, me hizo mucha ilusión compartir con ellas ese sentimiento de familia que tenemos en nuestra hermandad.
Para mi estar en una hermandad es como tener una segunda familia con la que compartes un sentimiento el cual es la devoción que tenemos hacia nuestro padre Jesús de la Salud y hacia nuestra madre María Santísima de las Angustias, también es un sitio en el que me lo paso bien, ya que tenemos un grupo joven tan numeroso y variado, y no solo salimos en procesión el miércoles santo, también el grupo joven en el mes de mayo hacen la procesión de «La Cruz de Mayo´ ´en la cual se lleva a andas una cruz, y a parte de esas procesiones salimos en varias más.
También tenemos otra hermandad en Sevilla. Nuestro hermano mayor Julio Cabrera es también el capataz de la virgen, lo hace con un sentimiento que nadie lo tiene más que él, el momento en el que al acabar la procesión la virgen está entrando en el templo se me ponen los pelos de punta , es uno de los momentos más bonitos de toda la procesión, un momento único, de hermandad, pero sobre todo es muy emocionante ver que año tras año la gente se sigue emocionando más y más, y me satisface decir que para mí esta hermandad es una de las más bonitas de todo Madrid.»
Gabriela Urbano Martínez