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Veintiséis años sirviendo a nuestra Madre… Estos son los años que lleva Ángel Andrés Álvarez Pidal vistiendo a la Virgen de la Consolación de Pozuelo de Alarcón. Veintiséis años de amor, entrega y devoción por la Madre de todos los pozueleros.
Ángel nació un 2 de Octubre de 1969 en el seno de una familia pozuelera con profundas raíces cristianas. Su padre, Pepe, que es como todos le conocíamos, carpintero de profesión y su madre, Nieves, ama de casa siempre le permitieron participar en todo lo que había en nuestra parroquia desde chiquitillo. Pepe, fue el encargado de hacer que en Pozuelo no desapareciera la Hermandad del Glorioso San Sebastián, pues él se encargó por entero de la dirección y organización de todos los cultos referentes al santo.
Desde pequeño, Ángel desarrolló gran habilidad e imaginación para la música y la pintura. Fue fundador y músico en activo de la banda «La Lira» de Pozuelo hasta los treinta y tres años, y una cosa que poca gente sabe, es que Ángel es el autor del escudo de esta Banda, al igual que el de la peña «El Albero» de la cual sus hermanos Lorenzo, José, Vicente y su primo Juan Pedro fueron fundadores.
A la edad de diecinueve años, convencido por el actual presidente de la Congregación, Juan José Granizo Castillo, entró en la junta directiva, pues desde muy temprana edad, este joven había demostrado una gran devoción mariana. Muestra de ello, es que acompañará a su tía Lucía a los cultos en honor de la Virgen con tan sólo tres años de edad.
En junio de 1992 tras la dimisión de las anteriores camareras y a sólo tres meses del inicio de las fiestas; la junta directiva, buscó candidatas a vestidora de la imagen, pero ninguna convenció para dicha tarea. La junta directiva, a la que Ángel pertenecía desde hacía dos años, se reunió el treinta de julio para buscar una solución al problema, Ángel pidió permiso para intentarlo. Tras hacerlo, sorprendió a la junta con su destreza, pues como él mismo dice muchas veces: «La Virgen se dejó vestir con gusto ese día». Por lo que la junta decidió nombrarle “camarero”.
Al principio del mes de agosto, Ángel se fue de vacaciones por primera vez, al municipio en el que residía la que por entonces era su novia y ahora es su mujer, Gema Sevillá. Fruto de ese amor nacieron sus dos hijos Lucía y Jorge, dos grandes tesoros que hoy tiene nuestra Congregación.
El día veintitrés de agosto volvió a Pozuelo dejando a su novia sin explicaciones para desempeñar su nueva ocupación, la que más le fascina y más satisfacción le produce, vestir a la Virgen de la Consolación.
Pasadas las fiestas, en la siguiente asamblea general de la Congregación, fue votado como «Camarero Mayor». Obtuvo mayoría absoluta de votos, y a día de hoy continúa desarrollando el cargo. Lo desarrolla cada día con más ganas e ilusión, buscando siempre que la Virgen luzca lo más bella posible. Continúa aprendiendo de los que más saben, para que, a las personas que la amamos, nos sorprenda verla en su capilla y descubrir que innovación luce esta vez.
Ángel no sólo ha desempeñado funciones de camarero en la Congregación, por designación del actual capataz, Juan Granizo, ha desarrollado las funciones de capataz, junto a su hermano Vicente, durante los últimos diez años.
Un día muy especial para Ángel fue el tres de octubre de 1998, vísperas de su cumpleaños y su mejor regalo, el día de la Coronación Canónica de la Virgen de la Consolación. Ángel fue el encargado de dirigir el paso hasta el lugar de la coronación y el encargado de vestir y colocar el ajuar que la Virgen y su Santo Niño estrenaban ese día.
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Tres de octubre de 1998. Coronación Canónica de la Virgen de la Consolación.
Ángel pasará su vida mirándola con ojos de amor y cariño, como hacía cuando era un niño; buscando la sonrisa cómplice de una Madre, mientras, en su interior, le reza con el amor inmenso que siente por ella.
Gema Sevillá y Pablo Martín.
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