Hoy ve la luz una entrevista francamente interesante y que ha fraguado despacio durante los últimos meses, llena de generosidad y de verdad y que pone de manifiesto la magnitud del personaje entrevistado.
Ignacio de Castro, realiza una amplísima entrevista a D. José Manuel Morena Muñoz, Hermano Mayor de la Hermandad del Silencio y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fe, Nuestro Padre Jesús del Perdón y María Santísima de los Desamparados.
“Quien me conoce bien sabe cuál es mi sitio, dónde me siento yo a gusto y la poca predisposición que suelo tener al primer plano” José Manuel Morena.
José Manuel, desde su dilatada trayectoria como cofrade, rematada en su actual cargo, le hacen ser sin duda alguna, un cofrade de peso en nuestra ciudad y por eso y retomando la generosidad que ha tenido José Manuel para dejarse hacer “el atraco”, Ignacio no ha dejado pasar la oportunidad para preguntarle de manera directa todos los temas de actualidad, tanto en su Hermandad, como en Madrid y adentrarse incluso en su historia más personal.
Por la cantidad de preguntas que han salido y la profundidad e importancia de sus respuestas, hemos decidido partir en tres días su publicación, y será hoy, mañana miércoles y el jueves, cuando publiquemos la misma.
Termino, dando a Ignacio las gracias por el magnífico trabajo que como siempre realiza en sus entrevistas para esta web.
Y a José Manuel, mi más sincera admiración y máximo respeto, que le traslado siempre que la oportunidad lo requiere, como es esta vez.
“Un niño que acompaña a sus padres en actos, cultos, actividades…, de manera que la vida de hermandad pasa a ser una parte más de su vida en general.”
“En mi Hermandad he hecho de todo, la verdad. He trabajado en tareas de Priostía, Secretaría, Mayordomía, Acción Social…”
“Y no ha de olvidarse nunca que las cofradías pueden salir a la calle sin costaleros, pero no sin nazarenos. Ahí lo dejo…”
Entrevista a D. José Manuel Morena Muñoz realizada por Ignacio de Castro (1/3)
Primera parte: Cofrade, Costalero y Capataz.
P.1 Preséntese, nombre completo, edad, lugar fecha de nacimiento.
- José Manuel Morena Muñoz.
- 43 años.
- 21 de febrero de 1976. Madrid
P.2 ¿Cómo llega al mundo devocional de la Semana Santa a través de las hermandades penitenciales?
Por herencia familiar. Mi padre y mi tío, en su juventud, entran a formar parte de la nómina de una pequeña hermandad de barrio, el suyo, con sede canónica en la parroquia de Santa María la Mayor, sita en la calle de Villaamil.
Era una de las cofradías que participaban en la magna Procesión del Silencio, organizada por la Hermandad de Cruzados de la Fe (que no era una hermandad al uso, sino que ejercía su actividad a través de la Comisión Organizadora de la Semana Santa; una especie de consejo de hermandades), en cuyo cortejo se integraban en la puerta del Sol, a la que se llegaban partiendo desde su sede y recorriendo las calles de Bravo Murillo, Fuencarral y Montera.
Con el devenir de los años, y por circunstancias que no vienen al caso, aquella hermandad de barrio se extingue, siendo que parte de sus hermanos se presentan ante Don Fernando Rodríguez de Rivera para trasladarle tal circunstancia. Este les invita a incorporarse a la Cofradía del Silencio del Santísimo Cristo de la Fe, integrada en la Hermandad de Cruzados de la Fe (he aquí la justificación de esa referencia al «Silencio» en la denominación actual de la Hermandad), pasando desde aquel momento a acompañar a dicha imagen en la Procesión del Silencio vistiendo el hábito de su extinta hermandad (un hábito este que, por aportar un dato a modo de curiosidad, es el que actualmente visten los nazarenos en la estación de penitencia, con las variaciones correspondientes en cuanto a escudo y cruz dominica de la capa, pero que se decidió mantener precisamente en recuerdo a aquella hermandad de la calle Villaamil, cuyos miembros fueron en gran parte responsables de que la Hermandad del Silencio haya podido llegar hasta nuestros días).
Poco a poco, parte de esos hermanos se van involucrando cada vez más en el día a día de «Cruzados», participando de manera más activa en su gestión.
El resto es fácil de entender e imaginar: un niño que acompaña a sus padres en actos, cultos, actividades…, de manera que la vida de hermandad pasa a ser una parte más de su vida en general.
P.3 ¿A qué hermandades ha pertenecido o pertenece en la actualidad?
Evidentemente, a mi hermandad de cuna, hoy Hermandad del Silencio y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fe, Nuestro Padre Jesús del Perdón y María Santísima de los Desamparados. También, a la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias (Los Gitanos), de Madrid, y a la Real y Pontificia Archicofradía Sacramental de María Santísima Madre de Dios del Rosario y San Pío V, de Salamanca.
Asimismo, hasta el año 2012 pertenecí a la nómina de hermanos de la Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima de la Esperanza Macarena.
P.4 Además de su labor actual como Hermano Mayor de la Hermandad del Silencio, ¿qué otras funciones ha desempeñado dentro de las hermandades a las que pertenece o ha pertenecido?
En mi Hermandad he hecho de todo, la verdad. He trabajado en tareas de Priostía, Secretaría, Mayordomía, Acción Social… También, en términos de Cofradía, he desempeñado labores de Diputado de Tramo y Diputado Mayor de Gobierno, he portado cruz de guía, estandarte, y he salido en el paso, tanto cuando antaño iban a ruedas como posteriormente a andas.
En las otras hermandades únicamente he ejercido como costalero, aun cuando si bien es cierto que algo más implicado en la Hermandad de Los Gitanos cuando se me ha reclamado en algún aspecto más concreto, y siempre que mis posibilidades me lo han permitido.
VAMOS AL COSTAL. LUEGO HABLAREMOS DE SU FACETA COMO CAPATAZ.
P.5 ¿En qué corporaciones ofrece su rezo convertido en trabajo como costalero bajo las trabajaderas de un paso de salida? ¿Alguna de Gloria?
Actualmente, en la Hermandad de Los Gitanos, de Madrid, como costalero del Señor de la Salud, bajo el cual volví hace cuatro años tras haber sido requerido para formar parte de la cuadrilla de María Santísima de las Angustias en su primera salida y durante los cuatro años siguientes.
También, en la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo, de Salamanca, bajo el paso de palio (el Domingo de Ramos de 2017 saqué el paso de Misterio).
Igualmente he sido costalero del paso de palio de María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia, de la Hermandad de los Estudiantes, de Madrid, y de los pasos de María Santísima de la Esperanza Macarena y de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, también de Madrid.
Respecto a cofradías de Gloria, en la Archicofradía del Rosario, de Salamanca; e igualmente lo hice en la de Nuestra Señora del Rosario, de Villaverde. También tengo el orgullo de ser costalero de Nuestra Señora del Carmen desde el primer año que mi Hermandad de Los Gitanos procesionó dicha Imagen.
P.6 ¿En qué momento decide ser costalero y cuándo y dónde lo pudo ser por primera vez?
No empecé siendo especialmente joven, dado que aquí en Madrid el mundo del costal llegó relativamente tarde, pues si bien Gran Poder y Macarena cargaban sus pasos con fuerza humana desde sus orígenes, el uso de la ropa y las maneras del costal como tal no llegó hasta décadas más tarde (doy fe, porque así me lo han transmitido, de que el anecdotario de «ahí abajo» al respecto es múltiple y variado). Hay que tener en cuenta que antaño las distancias no se salvaban tan fácilmente como ahora; que no había Internet y redes sociales, por lo que la transmisión de los conocimientos era más compleja y, sobre todo, más lenta.
Dicho lo cual, si bien era algo relativamente recurrente en mi imaginario, pues desde muy pequeño tengo recuerdos de Jueves Santo contemplando los pasos del Gran Poder y de la Esperanza, asistiendo curioso a los relevos de esos hombres que iban bajo los pasos, el momento en que empiezo a barruntarlo más concretamente fue al arriar el paso del Señor de la Salud justo delante de mí en su primera salida del año 2000, al hacer la estación de penitencia en la sede de nuestra Hermandad, en la calle de Atocha. Al verle a Él en su paso por primera vez…
No obstante, mi incorporación a la cuadrilla no fue inmediata, y no se produjo hasta el año 2007, pues inicialmente pasé una época dándole vueltas, sopesando mi disponibilidad de tiempo, dado que en aquella época se iniciaba un primer periodo de cambios en mi Hermandad que estaba suponiendo una actividad bastante exigente. Y posteriormente tuve una lesión grave que demoró aún más mi incorporación, una rotura del tendón de Aquiles que me tuvo prácticamente dos años en recuperación; primero de la operación, y después con un proceso de rehabilitación bastante largo.
Por otra parte, ya era costalero del Señor de la Salud cuando decidí igualar en la cuadrilla de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, aunque fue finalmente bajo la Esperanza donde recalé, tras una tarde en la Colegiata en la que al ir a rezar ante las imágenes, digamos que Ella «me llamó». En todo caso, curiosamente, Él quiso que resolviéramos esa cuestión que teníamos pendiente durante la celebración del vía crucis organizado dentro de las Jornadas Mundiales de la Juventud que tuvieron lugar en Madrid en 2011…
Aquel año de 2011 fue también el primero en que salí como costalero en la Hermandad de los Estudiantes, una cofradía esta que me gustaba contemplar cada Domingo de Ramos a su paso por la calle de la Unión, pero en la que nunca había pensado participar.
Sin embargo, a finales del año 2010 mi padre cae enfermo, y durante el tiempo que transcurrió hasta su fallecimiento, la imagen de María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia, lució en su saya la medalla de mi Hermandad del Silencio, hecho este por el que finalmente aquel año decidí acudir a la igualá de la cuadrilla del palio.
P.7 ¿Qué entresaca de la vivencia con sus compañeros durante el tiempo de Cuaresma para preparar las procesiones bajo las trabajaderas? Y llegado el día, háblenos de los momentos previos, de esos últimos rezos, nervios y manías confesables.
Yo, particularmente, vivo cada ensayo intensamente; los disfruto al máximo, y lo paso mal cuando por algún motivo no puedo asistir a alguno… Para mí suponen un momento de desconexión de todo, en el que me relajo de todas las tensiones del día a día; amén de que es un proceso bonito, en el cual durante unos meses convives un poquito más con gente con la que durante el año es quizá más difícil coincidir, ya sea por trabajo, por responsabilidades familiares…, y con la que en gran parte poco o nada tienes que ver más allá de esta bendita locura de la trabajadera. Y esa convivencia, al final, se nota «ahí abajo»…
Porque aquí no solo se trata de tirarse el costal y meterse a trabajar por derecho. El ratito de charla previa con un café, el momento de hacerse la ropa, las cervecitas de después del ensayo… Eso es hacer cuadrilla; y, en mi opinión, esta convivencia es importante para que luego existan ese compromiso, esa solidaridad y ese AMOR por lo que se está haciendo tan importantes para que las cosas salgan como tienen que salir.
En cuanto al día de la salida, suelo amanecer pronto (porque me cuesta dormir) y con la ilusión de un niño chico (como decimos siempre, el día que dejemos de sentirnos así, mejor «colgar los trastos»). Y si es posible y el trabajo no lo impide, me gusta pasarlo desde por la mañana con compañeros de cuadrilla, comer juntos, y una vez repartido el trabajo, tomar un «cafetín» y echar un ratito antes de empezar a hacerme la ropa.
Eso sí, antes, siempre tengo mi encuentro con Ellos. Les hablo, les rezo… (y el Miércoles Santo sí tengo una especie de ritual previo, que me guardo para mí, si me lo permitís). Y hasta ahí, mi momento de recogimiento… Porque luego ya toca estar al trabajo. Sé que habrá quien no comparta ni entienda esta expresión, pero es lo que es y lo que al costalero le corresponde hacer desde el momento en que la cofradía se pone en la calle y hasta que se recoge…
8 ¿Piensa que la figura del Costalero se ha puesto por encima de lo que realmente importa dentro de las hermandades?
Aun cuando seguramente habrá cosas que matizar respecto a esa figura del costalero —como respecto a cualquiera de las otras que forman parte de una hermandad—, siempre he dicho que el costalero está continuamente en el disparadero, midiéndosele con una exigencia que no se traslada a otras figuras de la hermandad. Y no me parece justo…
Se cuestiona continuamente si asiste o no a cultos, si participa o no en el día a día de la hermandad, en los cabildos… (que sería lo deseable, cómo no), mientras que es raro oír referencias a los hermanos nazarenos en este mismo sentido. En mi experiencia en las hermandades de las que formo parte he visto a más costaleros participar de la vida de hermandad que a hermanos que visten la túnica el día de la salida procesional. Y, al fin y al cabo, al margen de la Junta de Gobierno y del reducido número de hermanos de rigor que mantienen en funcionamiento a las hermandades a lo largo del año, es el grupo que mayor compromiso muestra teniendo en cuenta reuniones y ensayos previos a la salida procesional.
Otra cuestión aparte es el protagonismo que haya podido adquirir la figura del costalero «en los últimos años»; que sea un colectivo que pueda prestarse a cierto, digamos, «exhibicionismo». Pero ahí está ya la personalidad de cada uno; y, por supuesto, las pautas que cada hermandad ha de marcar al respecto y que ha de trasladar al capataz como responsable primero de la cuadrilla de costaleros.
Y no ha de olvidarse nunca que las cofradías pueden salir a la calle sin costaleros, pero no sin nazarenos. Ahí lo dejo…
P.9 ¿Ha pensado qué pasará cuando no pueda seguir trabajando bajo el madero de una trabajadera? ¿Vestirá el hábito de sus hermandades?
Rotundamente, sí. Salvo que se me necesite en otro sentido, claro está.
El momento de la retirada es sin duda difícil, y puedo entender que a quien se acerca por primera vez a una cofradía como costalero, pasados los años le resulte tremendamente difícil ponerse la túnica cuando nunca lo ha hecho. Es complicado explicar lo que se siente bajo un paso, y tener que renunciar a ello después de haberlo estado durante tantos años… eso es duro, muy duro. Por eso es raro que un costalero vista la túnica; y cuando lo hace, en la mayoría de las ocasiones no le resulta una experiencia plena, porque la intensidad de las emociones y sentimientos que ha vivido bajo el paso es tal, que es difícil volver a sentir algo parecido; menos aún vistiendo la túnica. Y al final, inevitablemente, la experiencia de salir de nazareno se mide en los mismos términos de sensibilidad que la del costal, cuando son aspectos que obviamente no se pueden comparar.
En mi caso, yo vestí la túnica por primera vez a los ocho años; y así seguí haciéndolo durante casi dos décadas, hasta que se me encomendaron otras tareas. Y con la túnica he vivido emociones muy intensas también. Es más, en ocasiones, incluso echo en falta ese anonimato que te ofrece, la intimidad que te permite el antifaz, el poder vivir la estación de penitencia con uno mismo, con tus propias plegarias y tus recuerdos, con tus emociones y sentimientos… Lo volví a vivir el año 2013, cuando dejé el palio de la Esperanza y salí vistiendo la túnica junto con otros compañeros costaleros; y sin duda volveré a ello cuando llegue el momento…
A todo el mundo que se acerca a una cofradía le he recomendado siempre que viva la experiencia de vestir el hábito en la estación de penitencia.
P.10 ¿Algún compañero que sea referente para usted?
Imposible nombrar a uno. Me he encontrado —y me sigo encontrando—con compañeros de los que nunca dejo de aprender y a los cuales admiro mucho, muchísimo…
11 Personal, muy personal, se le eriza la piel solo de pensar en cada Semana Santa cuando caen los kilos…, confiese el sitio, el momento, la música…
La verdad es que hay multitud de sitios, de momentos, de marchas…
Del Domingo de Ramos, la mayoría de la gente suele destacar el discurrir por las calles Lazo y Unión, a los sones de Margot y la Madrugá, pero yo —que también disfruto esas manos, cómo no— me quedo con el palio llegando a San Miguel a los sones de Amarguras (aunque recuerdo una entrada de hace años en la plaza de Santiago con Alma de la Trinidad que disfruté especialmente).
Del Miércoles Santo me quedaría con dos momentos: con la subida por la calle Correo, sonando una marcha tras otra, y con los andares del Señor cuando viene de vuelta, con los kilos asentados y el paso «dando esa leña» que hace que vaya de arte, sin alardes, y que requiere del oficio de la gente de abajo. ¿Con qué marchas? ¡Con todas las que le quepan!
Y, lógicamente, siempre recordaré la primera salida de María Santísima de las Angustias; con todas las dificultades y desafíos que suponen los primeros años de un nuevo paso en la calle.
También recuerdo con mucho cariño la última chicotá de la cuadrilla baja en el Misterio de Nuestro Padre Jesús Despojado, de Salamanca. Al año siguiente saldría ya el palio, por lo que toda esa cuadrilla pasaría ya a ese paso, después de años trabajando bajo el Señor. Tuve la fortuna de compartir con todos ellos ese momento tan especial; de estar después a su lado cuando, visiblemente emocionados, contemplaban la entrada del paso de Misterio.
Momentos únicos he vivido también en Salamanca bajo la Madre de Dios del Rosario, donde he tenido la fortuna de coincidir con grandes personas.
JOSÉ MANUEL MORENA, CAPATAZ.
P.12 Pasar a ser el Capataz de su Hermandad del Silencio, ¿era un paso lógico?
No sé si lógico, pero fruto de la necesidad en cualquier caso. En la Hermandad no había candidatos, y nadie «de fuera» con un mínimo de garantías iba a querer venir a sacar aquel paso de andas en el que por aquel entonces procesionaba el Señor (nada tenía que ver la realidad de esta Hermandad en aquellos años con la actual)…
Quien me conoce bien sabe cuál es mi sitio, dónde me siento yo a gusto y la poca predisposición que suelo tener al primer plano; pero como siempre he tratado de hacer, me puse al servicio de mi Hermandad, claro está.
Eso sí, desde aquel mismo momento ya empecé a barruntar el cambio del paso a costal y la formación de una cuadrilla de costaleros…
P.13 Un Capataz, un maestro. ¿Quién y por qué?
Cualidades, conocimientos y técnicas aparte, en lo personal y afectivo indudablemente he de mencionar a dos: Julio Cabrera y Manuel Marín. Creo que ambos han hecho un trabajo encomiable en sus respectivas hermandades, sacando adelante cuadrillas en momentos complejos y logrando, con el paso de los años, que fueran referentes en una ciudad tan difícil como Madrid (a Francisco Lara, «Curro», le siento más como compañero y amigo, supongo que por los años que coincidimos bajo el Señor de la Salud; aunque como costalero suyo que soy, a lo que mande y a donde mande, claro está).
Ahora bien, de las referencias que cualquiera podría esperar, y aunque correspondería destacar unos cuantos, indiscutiblemente me quedaría con Salvador Dorado (que fue Capitán del Ejército Republicano durante la guerra, por cierto; algo que sin duda sorprenderá a muchos de los que en el mundo de las cofradías confunden «la velocidad con el tocino»).
P.14 ¿Siempre de frente o con cambios?
Particularmente me gusta un paso andando de frente, si bien hay otras circunstancias que —al menos en el caso de una ciudad como Madrid— pueden condicionar los andares; y que, en todo caso, se han de tener en cuenta.
Dicho lo cual, depende del paso; depende de la cofradía… pero en gustos personales suelo tirar hacia «lo rancio».
P.15 ¿Puede definirnos a su actual cuadrilla?
Unida, humilde, honesta, comprometida, obediente, solidaria, con una enorme capacidad de sufrimiento, de empatía, de cariño… La lista de adjetivos se queda corta para definir a este grupo.
P.16 Una marcha que no puede faltar mientras usted esté al frente del paso de misterio de la Hermandad del Silencio.
Depende del repertorio y del estilo, aunque siempre me han gustado las marchas de corte clásico tipo Christus Vincit, Salud de San Bernardo, Alma mía…, de las de andarle de frente y por derecho…
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Mañana miércoles 3 de julio, a las 10:00 am publicaremos la segunda parte, donde Ignacio le pregunta en profundidad sobre la Hermandad del Silencio.
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