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Pasada la festividad de las candelas, tradicionalmente momento en el que se retiraban los belenes navideños, llegan al universo cofrade los primeros actos que nos acercan a la próxima y tan ansiada Semana Santa.
Aunque ya sabemos que este 2021 volverá a ser aciago de desfiles procesionales, la Semana Santa no desaparece y estos días se están presentando los primeros carteles anunciadores de la semana de Pasión.
De las primeras obras que hemos podido ver, me ha llamado la atención la polémica que se ha suscitado a partir del cartel presentado por la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Montoro, Córdoba, obra de D. Antonio Jesús del Moral Pérez y su parecido razonable con el cartel que presentara en noviembre de 2020 D. Fernando Vaquero, anunciando el LXXV aniversario fundacional de la Hermandad de Santa Genoveva, Sevilla.
Es cierto que mi trabajo en la creación de cartelería cofrade, se basa fundamentalmente en la fotografía y posterior maquetación. Es esa condición de creador, la que me otorgo, para permitirme el lujo de opinar, tras leer comentarios al respecto de unos y otros.
Para hacerme una composición de lugar, he ido al origen y me hago eco de las declaraciones que ha realizado A.J. del Moral al medio digital Gente de Paz y que reproduzco parcialmente: “la idea de plasmar la Semana Santa de mi pueblo, donde destaco una calle vacía, el reflejo de lo que pudo ser y no fue en diferentes superficies de cristal como escaparates y ventanas, y una persona mayor en honor a la perdida de todos las personas mayores que han fallecido en la residencia de Jesús Nazareno de Montoro, este concepto de cartel no se basa en el de Fernando Vaquero ni en cualquier otro cartel, es una creación totalmente propia, por lo que no estoy de acuerdo que se ensucie mi nombre con la insinuación de un supuesto plagio inexistente”.
Se puede leer integro el artículo en:
En una ocasión, estando en el hall de entrada del benedictino convento de Santo Domingo de Silos (Burgos), en el claustro de San José, charlando con el fraile que me había ayudado en mi retiro, vimos como en reiteradas ocasiones un monje corría a toda velocidad, escaleras abajo, para entrar en el lavabo que hay en dicho hall. En un momento de la conversación, le hice el comentario a mi acompañante, sobre si aquel monje tendría un problema de indisposición. Su respuesta, mediando una sonrisa: “Es el monje encargado de la imprenta y en ese lavabo, por detrás hay una puerta que da al pasillo que lleva a la imprenta del convento. Carlos, no prejuzgues por lo que te digan o por lo que veas, básate únicamente en lo que conozcas”.
He seguido siempre esta enseñanza, por lo que no puedo valorar el trabajo de alguien desde la distancia, ni por lo que veo o por lo que leo y tengo que creer siempre en la buena fe de un cristiano.
Lo que tampoco puedo obviar para hacerme una opinión son las fechas y la relevancia de los artistas. La primera obra en parecer es la destinada a la Hermandad de Santa Genoveva, siendo presentada en noviembre de 2020. De D. Antonio Jesús del Moral, tengo que confesar que no tenia el gusto en conocer su trabajo. Por el contrario, Fernando Vaquero, tiene una trayectoria artística en este campo más que reseñable, conocida ampliamente y sin duda lo es más, por los que de una forma u otra nos dedicamos a esto. Se me antoja raro que alguien “del gremio” no conozca de sobra su trabajo.
Internet y las RRSS nos tienen al día de cualquier novedad, por más distancia que se tenga. Más si cabe en este año de confinamiento, donde hemos consumido una ingente cantidad de noticias por medios digitales. Sin ir más lejos, la presentación del cartel de Santa Genoveva se hacía así, de manera on-line mediante los canales oficinales de la Hermandad.
Donde quiero ir. Ante un artista de la calidad y trayectoria como la de Fernando Vaquero y dedicándome a crear carteles de Semana Santa, yo no puedo negar que conozco su trabajo, y así este, de una manera u otra me influye y me inspira. Como lo hace el trabajo de Raúl Berzosa, Nuria Barrera, Antonio Díaz Arnido, Aida Carvajal o Juanfran Martínez. Como también lo hacen otros artistas de la fotografía, ejemplo, EGO SUM, María Benítez de Semana Santa Chiclana o en Madrid, Pablo Muñoz Cordero. Los sigo, los admiro y de ellos obtengo ideas para luego plasmarlas en nuestras creaciones.
Decir que el trabajo de artistas de superior condición no me influye, es tan irreal como si fuera un músico de rock and roll y dijera que no me ha influido Elvis o los Stone. Eso no quiere decir que mi trabajo no sea original y que deba ser valorado como tal. Somos la suma de nuestro conocimiento, experiencias e influencias.
La verdad siempre tendrá el color del cristal a través del que se mira. A través del mío, veo que me gustan los dos carteles. No me gusta la palabra plagio, que la entiendo cómo realizar una copia muy parecida, casi calcada del original.
Estos cuadros están en el Museo Nacional del Prado. A la izquierda, «Adán y Eva en el Paraíso terrenal» de Tiziano (1550). A la derecha, «Adán y Eva» de Rubens (1628).
Pero si veo en la obra de Montoro una influencia clara del cartel de Santa Genoveva, o como diría un crítico de arte: «una reinterpretación». No creo que estar influenciado sea nada malo, más bien al contrario, y si es así, no hay porqué no reconocerlo. No es la primera vez que sucede.
Estos cuadros, son también del Museo Nacional del Prado. A la Izquierda, «Saturno devorando a su hijo» de Rubens (1638). A la derecha «Saturno« de Goya (1823).
No hay que rasgarse las vestiduras ni crear polémicas estériles que nos impidan ver lo bueno.
Por ejemplo, en esta vorágine de leer titulares y no reparar en el detalle, me había pasado totalmente desapercibida una de las ideas que quiere trasmitir el cartel de Montoro y que siendo original, no la había visto. Y es como se refleja en los cristales de los comercios del otro lado de la calle, la procesión, que este 2021 no será posible. Una alegoría magnífica de lo que será de nuevo la no Semana Santa.
Yo propongo este ejercicio: reto a cualquiera a que se ponga delante de una hoja en blanco y cree.
Eso sí, no me vale cualquier cosa, no creo en buscar la notoriedad a partir de la polémica. No utilicen ni atajos ni subterfugios, busquemos siempre la calidad y la excelencia, sin filtros ni medianías. No todo vale.
Siempre tras mi cristal, en este caso fotográfico, quiero llevarme el tema a mi terreno.
Veo que los teléfonos móviles han traído una nueva categoría, en la que todos llevamos encima una cámara, llena de filtros que camuflan carencias. Es cierto que cada día son más potentes las ópticas que se instalan en los teléfonos, haciendo que nos creamos fotógrafos. Y no lo somos.
Hay que predicar con el ejemplo. Todos los carteles originales que creamos en @Comunihdad, podrían llevarse a soportes de gran tamaño, sin que perdieran un ápice de calidad.
Por eso, insisto, creen originales, pónganse delante de hojas en blanco y plasmen sus ideas. Busquen la calidad. Déjense influir y aconsejar por quien es mejor que nosotros y nos lleva años de experiencia.
Y a partir de ahí, valoren el trabajo ajeno y denle la notoriedad que se merece.
Trata a los demás, como quieres que te traten.
Carlos Elipe Pérez
