CON LA VENIA por Elena del Rocío Romero Peralta

Tras unos meses de silencio forzoso en la página, hoy, primer día de diciembre, por fin puedo retomar en parte la actividad.

Y lo hago con una inmensa satisfacción ya que arranco las publicaciones presentando a una nueva colaboradora fija, que en unos días estrenará aquí su columna fija, que va a dotar de un mayor contenido a esta web y con la que espero, todos disfrutaremos.

Elena del Rocío Romero Peralta, cofrade sevillana, quien de manera puntual ya ha colaborado con esta web, se suma al equipo fijo de colaboradores, para ser la encargada de transportarnos a la capital hispalense, para que a través de sus vivencias, su sentir, su religiosidad, tengamos un pedacito de sevillania en esta página.

Antes de su primera publicación, la semana que viene, le he pedido que se presente, para que podamos poner en contexto sus futuros artículos.

Elena, de corazón, muchas gracias.

Carlos Elipe Pérez

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CON LA VENIA

Mi vida puede resumirse en una estrella de seis puntas cuyo centro lo ocupa Dios.

Cada uno de sus extremos lo representan las advocaciones que me acompañan a lo largo de mi vida. Mi sentimiento más profundo es el amor a María reflejado en la mirada baja de la Virgen del Rocío. Ya desde antes de nacer mi madre me puso bajo su protección invocándola en mi nacimiento y poniéndome su Nombre, colocándome bajo su manto y convirtiéndose desde entonces mi existencia en un peregrinar hacia esas Marismas donde Ella espera… porque ser rociero es una manera de ser y vivir.

Desde muy pequeña mi padre me enseñó que, en mi barrio, cada Tres Caídas hay una Esperanza a la que aferrarse en el caminar diario.

Mi madre llenó mi vida de un bonito Porvenir en el que junto al Señor de la Victoria luce la radiante Paz de una Virgen Blanca que sostiene en su mano una rama de olivo… recuerdos de tierras jiennenses.

El mayor dolor de mi vida me unió a la Sra. de la Salud cuando imploraba su Nombre para mi padre bajo los ojos del Soberano poder de Dios.

El Señor de Pasión me llamó a su lado a través de las manos de Ntra. Madre de la Merced, para llevar consuelo a los internos de los Centros Penitenciarios…

Y siempre, desde su altar, el Señor del Gran Poder, rostro de la Misericordia, me lleva de su mano y protege mientras me cubre con su manto María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso.

Elena del Rocío Romero Peralta

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