SIN LEVANTAR LA VOZ por Carlos Elipe

 

  El sábado diecinueve de octubre de 2019, durante una cena de gala se hacía entrega de la mención especial Manos Morenas de la Sacramental y Carmelitana Hermandad de Los Gitanos de Madrid, al matrimonio formado por Dña. María José Sallago y D. Francisco Aparcero.

  Se puede leer en las bases de esta mención: «reconocer con esta mención, la labor cofrade y de vida cristiana, de aquellas personas o entidades, que a juicio del jurado, ostenten méritos suficientes.» 

  Méritos más que suficientes, diría yo se acumulan en este matrimonio. No hay imparcialidad en ninguna de las palabras que pueda escribir sobre ellos.

   En el tiempo compartido con ambos dentro de la Junta de Gobierno de la Hermandad de Los Gitanos durante los años 2012- 2016 fue de una calidad extraordinaria, tanto por las enseñanzas que de ellos puede asimilar, como por el trato que me dispensaron. Esta loa no creo que sea muy original; no conozco nadie que hable mal de ellos.

  Seguro que cualquiera podría contar más de una buena anécdota sobre ellos. Han venido a mi memoria dos pequeños recuerdos que no me importa compartir.

Miércoles Santo 2014. Fco. Aparcero recibe a los hermanos. Foto Álvaro Gª Fuentes

  Miércoles Santo 2014, Estación de Penitencia. La rotura de mi hábito durante la procesión, al ser pisada la capa mientras caminaba entre el cortejo, hizo que mi aspecto aquella anochecida fuera lamentable. Terminada la Estación Penitencial, me fui para casa con un sabor amargo por los fallos cometidos y por algunos desajustes organizativos que no había sabido solventar.

  Semanas más tarde, en la presentación del informe de salida dejaba constancia de ellos y de cómo intentar mejorarlos. Ese día y por decirlo claro, María José y Paco me pusieron «las pilas». Me dieron un repaso contundente, sobre todo Paco, explicándome algunos de los errores cometidos, sin levantar la voz, con educación y saber estar. Agache la cabeza y tome nota. Aprendí una lección que no se me ha olvidado en mi vida.

  Siento no ser más explicito al respecto; los integrantes del Cabildo de Oficiales, debemos por reglas, mantener el secreto de las deliberaciones que en sus reuniones se produzcan, no haciéndolas públicas ni compartiéndolas con terceros.

 

Mª José Sallago con D. Adolfo Lafuente. Miércoles Santo 2014. Foto Carlos Mostajo

  Otro de los grandes recuerdos que tengo, es sin duda la Función Principal de Instituto de 2016. María José, Diputada Sacramental y de Cultos, subió al ambón para leer la acción de gracias. Suponíamos que terminaba la legislatura y era nuestra última FPI, por lo que sus palabras, más extensas de lo habitual, servían para poner un broche de oro a los cuatro años. Cuanto termino, me dieron ganas de aplaudir.

  Espero alguna vez redactar algo así. A ver si un día podemos recuperar aquel texto.

  Trata a los demás como quieres que te traten, no puede ser más merecido este reconocimiento.

Carlos Elipe Pérez

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